viernes, 22 de enero de 2021

Autora: Leila Guerriero.

Páginas: 230.

Editorial: Tusquets Editores.

Género: Crónica.


 Sinopsis: 

Entre 1997 y 1999, una oleada de suicidios conmovió a la pequeña localidad petrolera de Las Heras, situada prácticamente en medio de la nada y perteneciente a la provincia argentina de Santa Cruz, en la Patagonia. La mayoría de los suicidas tenían alrededor de veinticinco años y pertenecían a familias modestas, oriundas de la zona. La periodista Leila Guerriero viajó a este desolado paraje patagónico, interrogó a los familiares y amigos de los suicidas, recorrió las mismas calles, siempre desiertas, y visitó cada rincón del pueblo. Entrevistó a los vecinos, preguntó a todo el que tenía una respuesta, una teoría que explicara el drama. El resultado es un relato descarnado que reconstruye los episodios trágicos de esos años al tiempo que pinta expresivamente la vida cotidiana de una comunidad alejada de las grandes ciudades.Las Heras, con su alta cota de desempleo debida a las oscilaciones de la industria petrolera y a la falta de futuro para los jóvenes, plantea un enigma todavía no resuelto: los suicidios, como un destino funesto, se suceden todavía hoy. Los suicidas del fin del mundo es, pues, una crónica inquietante que se lee con la fascinación de una novela y con el horror que suscita una realidad marcada por la indiferencia de los no implicados, los prejuicios y el hastío.


Reseña:

Esta historia nos llega de la mano de Leila Guerriero y en forma de crónica. Todo sucede en Las Heras, Santa Cruz. Ese pueblo desolado, arrasado por un clima frío y un viento desgarrador. Un lugar que bien podría haber inventado el dicho "Pueblo chico, infierno grande".

En un lapso de dos años, se sucedieron en el pueblo inexplicablemente una serie de doce suicidios de jovenes de entre 20 y 30 años. Nadie sabe las razones que los llevaron a cometer tal acto, nadie entiende el porqué. Leila viaja hasta allí para charlar con familiares y amigos de estos y tratar así de dilucidar este misterio. 

Quiero comenzar destacando que la escritura de Leila es preciosa, te transporta realmente a Las Heras. Empezás a leer y de un momento a otro estás tomando mate con alguien del pueblo, conversando acerca de la vida en ese lugar con una familiaridad que muy pocos autores logran hacerte sentir.

Tengan en cuenta que es un relato duro y no podría ser de otra manera, ya que se habla del suicidio y las posibles causas que podrían haber llevado a los protagonistas a cometerlo. Los seres queridos de los jovenes suicidas cuentan sus historias desde el dolor de la pérdida y sus relatos nos dejan vislumbrar cómo es vivir en Las Heras. Un taxista del lugar dice en repetidas ocasiones que se trata de un pueblo fantasma y un poco de verdad hay en eso, porque como tantos otros pueblos de Argentina, éste también es uno marginado. Un pueblo del cual las noticias nunca llegan a la capital del país, pero en el que la vida sigue como puede. 

"Cómo será, pensé, no verse reflejado en las noticias, no entrar nunca en el pronóstico del tiempo, en la estadística, no tener nada que ver con el resto de un país".

Los embarazos adolescentes, la prostitución, la violencia de género, los prejuicios, la falta de contención y las bajas expectativas con respecto a proyectos de vida son factores que van  apareciendo a medida que avanza el libro. Que pueden tener o no que ver en el desenlace de estas personas quizá jamás lo sepamos a ciencia cierta, pero sí nos permiten comprender cómo fueron sus vidas. 

Algo que es sumamente llamativo es la constante mención al viento, recordemos que la localidad está situada en la Patagonia argentina, con su frío intenso. El viento está tan presente que a menudo parece un protagonista más. Es brutal y no se detiene, al igual que los suicidios, que hasta el día de hoy continúan cada tanto. Nos hace tener en cuenta que a veces las circunstancias de la vida a la luz de un clima devastador son aún peores.

"Afuera el viento seguía. Seguirá siempre, me dije. No hay quién lo pare".

Es un libro corto, pero no te deja indiferente. Sentís tal conexión con la gente de Las Heras que por momentos te enojan sus mismos enojos, te preocupan las mismas cosas y deseas para ellos una vida mucho mejor, en la que puedan lograr todos su sueños. Desde el título esta historia me pareció atrapante y les aseguro que no decepciona en ningún momento.


PD: Le puse 5 estrellas en Goodreads, no podría ser menos. 

Hasta la próxima.









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